|
| Aby me lleva al trabajo | | | | En todo este tiempo transcurrido junto a Aby nunca antes había ido a su departamento, bien sabia que ella lo usaba para trabajar cuando el cliente deseaba un lugar privado. Ella siempre se manejaba con clientes fijos y era muy difícil acceder a ella, mas allá de publicar sus fotos el precio no era tan accesible y generalmente iban por recomendaciones de algún pirata amigo. Una tarde me llamo al celular y me pidió si podía ir a su departamento, porque tenía un cliente nuevo y no le despertaba confianza. | | |
|
| Un agujero extra | | | | Un agujero extra. Hay situaciones que nos hacen ver lo capaces que somos de hacer las cosas que no nos imaginábamos. Erika es una tipa muy caliente, llena de pasión, sobre todo conciente de su estado fisico, pues es delagada, morena, cabello risado, largas piernas, nalgas bien puestas, pechos breves pero de pezones muy erectables...su vagina lubrica bastante con las caricias de su amante en turno, tiene una boca deliciosa, y su ano experto escondido en sus preciosas nalgas. | | |
|
|
| Todo un descubrimiento | | | | Ella descubrió, accidentalmente, una práctica que le iba a proporcionar un placer inigualable. Hola, mi nombre es Sr Carlos. Me considero una persona curiosa por naturaleza… Y particulamente obsesionada por el sexo, desde los 11 años de edad. De siempre me han gustado las mujeres. Pero, al principio, comencé idealizándolas. Las mujeres eran absolutamente inalcanzables para mi… mis primeros amores, fueron platónicos… Y cada uno de los gestos de las chicas que conocí, cada una de las ropas que ellas usaban, eran motivo de un fetiche diferente para mí. | | |
|
|
| No podía esperar | | | | Que tráfico el que había aquella noche. Diez minutos tenían que pasar, para avanzar dos o tres cuadras. Seguro que caminando, se llegaba más rápido a cualquier parte que se fuera. Yo estaba camino al aeropuerto, sentada tras el volante con un cigarrillo en la mano. Llovía a cantaros. Hacía mucho, pero en verdad mucho tiempo, que una tormenta como esa no caía en la ciudad. Para que otro auto no me bañara, traía todas las ventanillas hasta el tope. Me estaba ahogando con el humo del tabaco, pero era mejor que mojarme. Para mojadas ya tenía bastante. Mi entrepierna era un charco más en el pavimento. El olor que desprendían mis jugos, competía contra el del cigarro. Estaba más que excitada. | | |
|
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario