miércoles, 13 de abril de 2011

El Soldado que me Amó
Era mi costumbre tomar el coche y salir de la ciudad al campo, a sitios que me aconsejaban por su belleza. Había visitado vastas planicies frondosas atravesadas por riachuelos de agua helada, cuevas misteriosas, alturas casi inaccesibles que me permitieron ver gran extensión de paisajes bellísimos alrededor y bosques aparentemente inexpugnables. Buscando en un mapa, descubrí por casualidad un lugar muy aislado. Pensé inmediatamente que podría encontrar allí esa soledad que a veces buscaba sin conseguirlo. Pregunté a unos amigos, pero ninguno sabía de qué lugar se trataba ni había estado allí nunca. Creí entonces que era el lugar apropiado para perderme… y me perdí. Lo que al principio no pretendía ser sino un paseo solitario, cambió mi vida para siempre.
Nuestro Segundo D ía
Este día entro la primavera 20 Marzo. Para nosotros fue también eso, la entrada a nuestra primavera. No podía creer que tú, me hubieras dicho que ese día volverías a estar en mis brazos. Tu fuiste la que lo propuso, eso me lleno de alegría, de verdad, para mi fue grandioso. Eso quiere decir muchas, muchas cosas, que me amas!!! Que te gusta estar conmigo, y no es que lo dudara, es que no lo habías demostrado. Y esa semana, fue más que evidente. Unos días antes con la locura de meterte en la boca mi pene estando la calle. Eso primero y después la propuesta y como se dieron las cosas, tan fácil. No es que para ti lo fueran, pero te estas llenando de valor, por mi amor.
El Castigo de mi Amo
¿Qué podría hacer yo sin mi Amo? Merezco el castigo que se me imponga. Faltar al respeto y benevolencia de mi Amo no es sólo irrespetuoso de mi parte sino también imperdonable. Sin embargo mi Amo es muy bueno y con un castigo bastará. Pero un castigo muy severo del cual ya estoy preparada. Mi Amo había sido muy claro conmigo… \"No mantengas relaciones sexuales con tu novio sin mi consentimiento\" \"Si mi Amo\" Y sin embargo, por más devoción que le tengo a mi Amo, no pude resistir a estar con Eduardo, mi novio desde hace 1 año y dos meses. Eduardo es tan amoroso, tan perfecto, pero mi Amo lo es todo para mí. Estuve con Eduardo y no le puedo mentir a mi Amo. La mirada de mi Amo hace que sea muy débil ante él y no hay nada que le pueda ocultar.
Un Acoso Diferente
Hola lectores, ante todo gracias a todos los que me habéis leído, aun más a los que me habéis escrito. Ante todo me voy a presentar me llamo Susana. Como sabéis soy una chica muy morbosa, me atraen los sitios públicos, los púb de intercambios de parejas, y en la intimidad me gusta dejarme hacer, tanto a los chico como a las chica, ya que me cuesta decir \"no\". Os debo reconocer que soy infiel por naturaleza, pues mantengo una relación con un chico al cual no le importa mis aventuras, siempre que sea discreta. Suelo frecuentar los fines de semana, club de intercambios de parejas (Guarana en el polígono Pisa, entre otros). Los cuales son tan satisfactorios para mí, como dejarme manosear en público.
Trío Soñado
Un nuevo día. Me desperezo. Arqueo la espalda y estiro los brazos. Me toco las tetas, los pezones se endurecen y vuelvo a estar cachonda. No sólo los hombres se levantan con el cuerpo y la mente a mil, a nosotras también nos pasa. Bajo mis manos y toco mi vientre y, mientras, me imagino a una rubia estupenda que lame cada rincón de mi cuerpo con devoción. Vuelvo a subir mis manos y me detengo en la parte baja de mis axilas, una zona poco explorada pero tremendamente erótica. Sin poder evitarlo voy soltando pequeños gemidos como si de verdad ella fuera la poseedora de esas manos que me suben, ó mejor, me bajan al séptimo infierno, donde sin duda, podré disfrutar de todos mis vicios y aumentar mis pecados.
Tu novio esperando y nosotros…
(Ordeno unas camisas mientras te veo discutir con tu novio. Está aburrido. Se sienta con la cabeza gacha). (Cabreada, me dirijo al probador yo sola). (Dirijo mi mirada al pasillo para verte de espaldas. Llevas una faldita muy corta. Es verano y vas sin medias. Tienes unas piernas muy bonitas. Veo al tonto de tu novio mirando hacia el suelo. Voy hacia ti. Llego al probador cuando ya has entrado. Compruebo que tu novio no nos ve desde su posición. Espero unos segundos, mientras veo tu sombra moviéndose al otro lado de la puerta).
Aby me lleva al trabajo
En todo este tiempo transcurrido junto a Aby nunca antes había ido a su departamento, bien sabia que ella lo usaba para trabajar cuando el cliente deseaba un lugar privado. Ella siempre se manejaba con clientes fijos y era muy difícil acceder a ella, mas allá de publicar sus fotos el precio no era tan accesible y generalmente iban por recomendaciones de algún pirata amigo. Una tarde me llamo al celular y me pidió si podía ir a su departamento, porque tenía un cliente nuevo y no le despertaba confianza.
Un agujero extra

Un agujero extra. Hay situaciones que nos hacen ver lo capaces que somos de hacer las cosas que no nos imaginábamos. Erika es una tipa muy caliente, llena de pasión, sobre todo conciente de su estado fisico, pues es delagada, morena, cabello risado, largas piernas, nalgas bien puestas, pechos breves pero de pezones muy erectables...su vagina lubrica bastante con las caricias de su amante en turno, tiene una boca deliciosa, y su ano experto escondido en sus preciosas nalgas.

Todo un descubrimiento
Ella descubrió, accidentalmente, una práctica que le iba a proporcionar un placer inigualable. Hola, mi nombre es Sr Carlos. Me considero una persona curiosa por naturaleza… Y particulamente obsesionada por el sexo, desde los 11 años de edad. De siempre me han gustado las mujeres. Pero, al principio, comencé idealizándolas. Las mujeres eran absolutamente inalcanzables para mi… mis primeros amores, fueron platónicos… Y cada uno de los gestos de las chicas que conocí, cada una de las ropas que ellas usaban, eran motivo de un fetiche diferente para mí.
No podía esperar
Que tráfico el que había aquella noche. Diez minutos tenían que pasar, para avanzar dos o tres cuadras. Seguro que caminando, se llegaba más rápido a cualquier parte que se fuera. Yo estaba camino al aeropuerto, sentada tras el volante con un cigarrillo en la mano. Llovía a cantaros. Hacía mucho, pero en verdad mucho tiempo, que una tormenta como esa no caía en la ciudad. Para que otro auto no me bañara, traía todas las ventanillas hasta el tope. Me estaba ahogando con el humo del tabaco, pero era mejor que mojarme. Para mojadas ya tenía bastante. Mi entrepierna era un charco más en el pavimento. El olor que desprendían mis jugos, competía contra el del cigarro. Estaba más que excitada.



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