NENAS

Me Entrego su Virginidad

Mi nombre es Martín y soy un lector asiduo de los relatos eróticos, sobre todo los de jovencit@s. Nunca creí que fuera a tener una experiencia como las que leía pero siempre estaba atento, por si acaso. Todos los lectores están familiarizados con los relatos eróticos, no? Entonces me permitiré ser directo:

Actualmente tengo 22 años y el relato de mi primera experiencia con alguien mas chico que yo me llego a los 20 con Maia, la hermana menor de Ariel, mi mejor amigo, de 14 años. Un poco mas baja que yo, pelo lacio hasta los hombros, ojos color miel un poco achinados, una pancita apenas perceptible, unos pechos que prometen y una cola respingona que es el centro de atencion de todos los pibes de entre 12 y 16 años de nuestra ciudad.

Todo empezó cuando Ariel se escapo del ejercito y estuvo en la cárcel un año por desertor. Entonces Maia vio en mi un sustituto de ejemplo. Siempre me preguntaba cosas sobre sexo y yo le respondia (siempre de acuerdo a su corta edad).Además protegía contra imbéciles que se querian propasar con ella. Esa temporada formo un fuerte vinculo entre nosotros. A menudo pense que quizás podría usar esa confianza para mi beneficio pero, por una razon hu otra, nunca se dio. Ariel salio de la cárcel y yo deseche la idea.

El echo en cuestion fue un viernes a la tarde-noche mas o menos un año después. Fui a la fiesta de cumpleaños de Ariel con algunos de mis amigos y con Noelia que, si bien no es mi novia, es mas que mi amiga. La fiesta era con la familia de el, grandes amigos mios. Llegue temprano porque le había prometido a Ariel que lo iba a ayudar con las luces y el fuego para la comida. No entre a la casa en seguida, me quede afuera ayudando a Ari, mientras escuchaba las voces de su familia que estaban adentro. En un momento tuve que entrar para buscar una lampara y me cruce con Maia. Tenia puesto un pantalón de seda ceñido de andar por casa y una remerita musculosa muy apretada. En cuanto me vio vino al trote y me abrazo. Le devolví el abrazo quizás un poco mas fuerte del lo que daría un amigo y tal ves duro demasiado pero ella no dijo nada ni se soltó hasta q no me separe yo.

Seguimos con la fiesta, empezaron a llegar las personas y Maia se fue a cambiar. Yo me encontré con Noelia y nos quedamos charlando con mis amigos al lado de Ari que estaba cocinando en la parrilla. De repente Maia salio de nuevo ya con ropa de fiesta y me fije especialmente en la forma en que se paseaba frente a mi, como si quisiera que la vea. Se había puesto una pollera de jean que le llegaba hasta bastante mas arriba de la rodilla y una remera escotada (MUY escotada).

Después de la comida entramos todos a bailar en el salón y a hacer tragos (Ariel es BarMan de profesión).

Después, ya con bastantes copas encima, nos quedamos jugando al Truco hasta que la familia de Ariel se fue a acostar. Entonces empezamos a tomar de nuevo mientras jugábamos. De repente empecé a jugar muy mal, quizás por todo lo que había tomado o quizás porque no dejaba de mirar a Maia que nos(me?) observaba desde los sillones. Entonces deje de jugar y corrí mi silla hasta quedar frente a otra al lado de la mesa pero de  espaldas a Ariel. Con la mano le hice señas para q se sentara. En cuanto se sentó puse mis piernas bajo su silla intercaladas con las suyas y ella hizo lo mismo.

Nos quedamos charlando mientras todos, incluyendo Maia, seguían tomando hasta que las chicas del grupo quedaron rendidas en los sillones. Maia también estaba algo borracha pero en menor medida debido al control del hermano, que la dejaba tomar pero sin excederse.

Los hombres seguían jugando al truco pero ya en automático, ni veían las cartas. Decidí que podría llegar a mas sin peligro y, aprovechando que Maia se levanto a agarrar los cigarrillos acerque mi silla mas aun, quedando nuestras piernas mas apretadas que antes. Cualquier movimiento provocaba que mi rodilla levantase levemente su falda y su rodilla rosace mi entrepierna. Ella siguió charlando como si no se diera cuanta de nada. Luego de otra hora los hombres dejaron de jugar y se recostaron en los sillones junto con las, ya dormidas, chicas. Ariel puso una película y nos llamo para que la veamos. Fuimos hasta los sillones y yo comente que no había mas lugar en estos a lo que Maia contesto que nos podíamos quedar en el piso. Trajo unas mantas y nos tendimos uno al lado del otro.

Después de 20 minutos de película todos estaban dormidos menos nosotros dos. Decidí pasar a la acción.

Por debajo de la manta apoye levemente mi mano en su muslo. Su respiración se agito pero no hizo ni dijo nada. Empecé a recorrer lentamente su pierna hasta levantar la falda y rozar su bombacha. Al sentir mis dedos me puso una mano en el hombro y me susurro al oído: "Ven a mi cuarto", tras lo cual se levanto y se marcho por el pasillo sin siquiera voltear a verme.

Yo me tome mi tiempo. Me tome otro trago, cerré todos los móviles y me dirigí lentamente hacia su cuarto.

Toque la puerta queda mente y entre. Ella estaba recostada y me miraba fijamente con un rostro serio.

Me situé a su lado y la bese largamente. Mientras la besaba otra ves empecé a acariciar sus piernas y a subir su falda. Me apodere de su bombacha y se la baje hasta la rodilla. Masajie su entrepierna con total descaro, empezó a gemir cada ves mas fuerte hasta terminar en un silencioso orgasmo (quizás el primero).

Decidí no perder tiempo por si alguno de los chicos se despertaba. Tomándola por la cintura la levante, me recoste en la cama y la senté sobre mi, la abracé y empecé a quitarle la remera y el sujetador mientras ella se dejaba hacer con agitada respiración.

Sin preámbulos me desabroche el pantalón y mi polla salto hacia afuera como un resorte. Ante mi sorpresa ella solita la tomo con una mano y la dirigió a su húmeda entrada. Me costo un poco penetrarla, pero finalmente llegue hasta el fondo. Savia que era virgen asique le susurre al oído: "Agarrate fuerte, duele al principio". ME abrazo con fuerza y apretó los labios.

De un solo envión rompí su barrera y me quede unos segundos esperando que se volviera a relajar, ya que me había clavado sus uñas en la espalda para aguantarse el dolor sin gritar. Poco a poco, sin que le dijera nada, empezó a subir y bajar cada ves mas rápido. Subía casi hasta sacarse mi polla solo para caer de nuevo metiéndosela hasta el fondo. Cuando sentí que estaba por terminar la tome por las caderas y empecé a aumentar el ritmo. Terminamos juntos con una fuerza que no recordaba haber sentido antes.

La tape con una manta y, cerrándome el pantalón, regrese al comedor. Todos seguían durmiendo mientras afuera amanecía por lo que decidí descansar un poco también. Me recoste en la manta que habíamos extendido para ver la película y me quede profundamente dormido.

Nos despertamos al mediodía del Sábado y almorzamos los restos de la cena apenas recalentados.

A Maia la he vuelto a ver muy a menudo cuando voy a la casa de Ariel. Solo unas miradas de reojo y algunas sonrisas picaras delatan nuestro secreto.

(Continuara...)